miércoles, octubre 18, 2006

Ella

Te recuerdo. Es madrugada: no hace ni frío ni calor. La temperatura de la calle se asemeja a la de mi cuerpo. Siento y no siento. No estoy solo. Me acompaña una inseparable amiga, la soledad. Con ella comparto buenos y malos momentos: ella es de las pocas "cosas" que confían en mí, que no me abandona jamás, aunque muchas veces desee estar sin ella. Ella es mi inspiración mientras te recuerdo.

Es tarde, sí. Todos duermen y sólo se escucha el sonido de mi teclado que escribe unas letras recordándote. Creyendo que quizá, tal vez, regreses algún día de a dónde fuiste. Ahora sólo importa eso. No importa que dentro de siete horas tenga que estar trabajando de nuevo o que cuando mañana lea esto me pregunte qué diablos digo, si ya me darás igual en mi cabeza... pero no en mi alma.

Intento convertirte en olvido, como tú has hecho conmigo. Pero soy incapaz. ¿No ves? Esto, a pesar de que te intente no recordar, va dedicado a ti, inevitablemente. Durante el día, que comparto con mi inseparable amiga, miro, por hacer "algo diferente", el telefono móvil de vez en cuando. Mi cara da una bofetada a la tristeza cuando ve una llamada perdida o un mensaje de texto. Pero, tristemente, y mientras te recuerdo, veo que no eres tú.

Con ella, con mi soledad, hablo y reflexiono.

- ¿De verdad vale la pena estar "así"? -le preguntó-

- No, será mejor que sigas conmigo, que no te fallaré cuando me necesites, a que malgastes tu tiempo y tu vida recordando constantemente a alguien que ya se olvidó de ti.

●• Cc´

0 comentarios: