sábado, diciembre 22, 2007

Báilame el agua

Hace poco he visto una película muy recomendable. Se llama como el título del post. Es española y a pesar de ello creo que buena. Al menos interesante, sobre todo para los jóvenes, no sé. La cuestión es que en ella hay varios momentos de esos que ponen los pelos de punta. Uno de ellos es el siguiente.



Báilame el agua.
Úntame de amor y otras fragancias de su jardín secreto.
Riégame de especias que dejen mi vida impregnada de tu olor.
Sácame de quicio.
Llévame a pasear atado con una correa que apriete demasiado.
Hazme sufrir.
Aviva las ascuas.
Ponme a secar como un trapo mojado.
No desates las cuerdas hasta que sea tarde.
Sírveme un vaso de agua ardiente y bendita que me queme por dentro, que no sea tuya ni mía, que sea de todos.
Líbrame de mi estigma.
Llámame tonto.
Sacrifica tu aureola.
Perdóname.
Olvida todo lo que haya podido decir hasta ahora.
No me arrastres.
No me asustes.
Vete lejos.
Pero no sueltes mi mano.
Empecemos de nuevo.
Sangra mi labio con sanguijuelas de colores.
Fuma un cigarro para mí.
Traga el humo.
Arréglalo y que no vuelva a estropearse.
Échalo fuera.
Crúzate conmigo en una autopista a cien por hora.
Sueña retorcido.
Sueña feliz, que yo me encargaré de tus enemigos.
Dame la llave de tus oídos.
Toca mis ojos abiertos.
Nota la textura del calor.
Hasta reventar.
Sé yo mismo y no te arrepentirás.
¿Por cuánto te vendes? Regálame a tus ídolos.
Yo te enviaré a los míos.
Píllate los dedos.
Los lameré hasta que no sepan a miel.
Hasta que no dejen de ser miel.
Sal, niega todo y después vuelve.
Te invito a un café.
Caliente claro.
Y sin azucar. Sin aliento.

Cabe decir que Báilame el agua es una versión adaptada al cine del libro que lleva por título el mismo nombre, escrito por Daniel Valdés.

jueves, diciembre 20, 2007

El título que quieras

Naces de mí.
No como un pie o una mano, no.
Naces de mí para convertirte en algo mío.
Somos como el número uno,
como la mitad del todo.
Escribimos hasta que no podemos más
Escúpimos palabras para ver qué pasa... y nunca pasa nada.
Otro silencio y te vas.
Otro estúpido día
para terminar donde las palabras se quedan cortas,
donde ya no hay nada que borrar.
Como verás, dentro mío no se está tan mal...

Texto precioso procedente de la voz más tierna que en tiempo he escuchado. Y que ojalá llegue lejos, muy lejos. Donde ella quiera. Es bonito leerlo, y más escucharlo.

miércoles, diciembre 19, 2007

La vida sigue igual...

Julio, agosto, septiembre, octubre, noviembre y diciembre. La tira de meses que han pasado y este poema en forma de blog que un día abrí para explicar mis cositas ha estado callado. Y callado por dos sencillos motivos. Uno, por mi inconstancia. Me cuesta mucho, mucho trabajo, acabar, o seguir con algo que comienzo. Es algo, un defecto, que debo de pulir. Quizá con la llegada del nuevo año sea uno de los propósitos.

Hoy, mientras le daba un lavado de cara al blog me he leído algunos de mis escritos y la verdad es que la cosa, en todos estos meses, apenas ha variado. Mi vida sigue siendo igual. El amor por el que suspiro, tras estos meses, sigue siendo una nube de difícil alcance. Y así, por ese motivo también, he dejado casi en el olvido los despropósitos de este rinconcito en la net (que diría Malevolia y que me encanta).

¿Y qué razón me lleva de nuevo a aporrear el teclado y escribir algo a estas horas de la madrugada? Pues nada en especial, la verdad. Qué triste, ¿no? En estos meses de ausencia nada o casi nada destacable me ha pasado. ¿Es bueno o malo? Pues mirándolo desde la panorámica conservadora es relativamente bueno, ya que apenas he tenido disgustos, sobresaltos... No sé. Eso sí, días malos tenemos todos. Quien dice días dice semanas, quincenas...

Y sí, sigo soñando con ella. Hace dos días. Otra vez. Por nosécuántavez ya. Y me he dado un plazo (¡despropósito a la vista!): si antes de 2008 no ha pasado nada, se acabó. Año nuevo, año cero, vida nueva, objetivos nuevos, basta de malgastar tiempo. ¿Lanzar la toalla? No importa, tengo muchas otras. Y tal y como está el panorama me parece que no va a ser la única que lance al piso.

En fin, feliz Navidad a todos. A los que están solos. A los que no. A los que odian estas fechas porque les traen recuerdos. A los que no tenemos un duro pero queremos regalar ilusión. ¡Que nos toque la lotería ya! Queda un día menos para ser felices.